"La esperanza de una vida mejor está llevando a jóvenes Europeos a ir al extranjero" por The Economist
traducción por Iván SanMar
Una nueva generación está en marcha en Europa, migrando desde las esquinas del continente en busca de trabajo. La ventura de los fontaneros polacos comenzó cuando su país se unió a la Unión Europea en 2004, seguidos unos años más tarde por los recolectadores de fruta rumanos. Ahora son los graduados irlandeses, los ingenieros españoles y los arquitectos italianos quienes están empaquetando sus maletas. Para la gente del Este de Europa, la migración es un modo de conseguir los salarios del oeste de Europa; para aquellos que vienen de las zonas del sur golpeadas por la crisis y de la periferia céltica, es un modo de escapar del desempleo masivo.
Este es el modo en el que la Unión Europea estaba destinada a funcionar. Los bienes pueden ir hacia el consumidor; los trabajadores puedes dirigirse a los trabajos. La migración puede aliviar las finanzas públicas de aquellos países en declives económicos y cubrir la escasez de mano de obra en las economías en auge. Aún así, los europeos siguen siendo menos móviles que los americanos. En sus cumbres, los líderes europeos hacen una llamada animando a la movilidad para aliviar el desempleo juvenil y potenciar el crecimiento.
¿Pero es lo que realmente quieren decir? La migración inevitablemente causa resentimiento entre algunos, especialmente, entre los mal pagados. Pero se ha convertido en un asunto político más agudo con el aumento de partidos políticos anti-inmigrantes y anti-europeos de todos los colores. Cada vez más, la sospecha que en su momento fue dirigida contra los buscadores de asilo y los inmigrantes de piel oscura de otros países, es ahora también dirigida contra aquellos migrantes de la propia Unión Europea. En tiempos difíciles, es fácil culpar a los nuevos buscavidas del este de robar trabajos, beneficios, o ambos. Una de las libertades más queridas de la Unión Europea está ahora bajo una creciente tensión.
Lodewijk Asscher, el primer ministro holandés, hizo un alarmante aviso el mes pasado. La corriente de migrantes europeos, dijo, ha alcanzado el equivalente de una "alerta naranja" de acuerdo al sistema de alarmas migratorias del país. Aunque Mr Asscher no lo dijese tal cual, los Países Bajos y otros muchos países están preocupados por la corriente de migrantes de Rumanía y Bulgaria, los países más pobres en la Unión Europea, que vendrán una vez las puertas a los emigrantes estén totalmente abiertas al final del año.
Sin embargo, los Países Bajos no es ni mucho menos el país más afectado por el libre movimiento de europeos: menos del 1% de su población son ciudadanos de Europa Central y del este, comparados con el 5% de Irlanda, el 2,5% de España, el 2% de Reino Unido y el 1,5% en Alemania. Desde el 2010, las mayores corrientes se han dado en Reino Unido y Alemania. Quizás la verdadera razón para el pánico holandés es la política envenenada del país. El partido de extrema derecha "Freedom Party" de Geert Wilders está a la cabeza en las encuestas de opinión.
Una frágil coalición de gobierno, y el crecimiento del Partido de Independencia Británico (UKIP), ayuda a explicar el bullicio en Reino Unido. El tema de los trabajadores europeos toca tres temas explosivos: Europa, migración y bienestar. Esta es la razón por la cual David Cameron, el Primer Ministro, se está enfocando en la migración como parte de su campaña para reformar la Unión Europea. Algunos piensan que reformar los beneficios de los trabajadores europeos permitiría a Mr Cameron que está tomando nota de las preocupaciones públicas, consiguiendo aliados en Europa y juntos a otras reformas redefinir exitosamente la relación de Reino Unido con Europa. De este modo, podría liderar una campaña para apoyar la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, en un referéndum que quiere llevar a cabo en 2017.
El problema con su estrategia es que Reino Unido debe demostrar que hay una necesidad de reparar las reglas de la Unión Europea y de encontrar aliados listos para impulsar un cambio. Bajo el porocedimiento de la Unión Europea, es la Comisión Europea quien propone los cambios legislativos para leyes relacionadas con el libre movimiento de trabajadores. En abril, los ministros de interior de Reino Unido, Países Bajos, Alemania y Austria urgieron a la Comisión a tomar acciones. Pero la Comisión dice que no han ofrecido hasta el momento prueba de un extendido "turismo por beneficio", proporcionando tan solo anécdotas y titulares alarmistas. Viviane Reding, la comisaria de Justicia, dice que deben parar su "alarmismo populista". Incluso si la comisión tuviese en mente limitar las reglas, el Parlamento Europeo con seguridad intentaría bloquear el cambio.
Tal resistencia solo puede ser superada con un impulso unido de los gobiernos. Pero la migración apenas ha tenido un papel relevante en la campaña de las elecciones generales en Alemania. En vez de criticar el multiculturalismo, Angela Merkel, la canciller, es más propensa a hablar de la necesidad de inmigrantes para apuntalar el decline demográfico en Alemania y aliviar la escasez de especialistas. Por otra parte, cualquier canciller alemán estará atento a la visión de su vecina Polonia, quien apoya la comisión. En Francia, a pesar de la fuerza del partido de extrema derecha, el Frente Nacional, François Hollande, el presidente, ha evitado la retórica de mano dura de su predecesor en migración. Los países del Sur de Europa se preocupan en su mayoría por los migrantes ilegales del Norte de África, poniendo poco interés en restringir las habilidades de sus nacionales para trabajar en el resto de Europa.
Británicos fuera
Habrá pocas o ninguna acción de Bruselas, al menos hasta que el nuevo Parlamento y Comisión estén formados al final del año. Si una marea de parlamentarios euroescépticos estuviera por llegar, el equilibrio político podría cambiar. Por ahora, las demandas británicas son tratadas con desdén. ¿No fueron los británicos quienes impulsaron a ir más rápido y lejos en su expansión hacía el este?, ¿qué hay de todos esos pensionistas británicos que colapsan los servicios sanitarios españoles?, ¿no fueron los británicos quienes urgieron a la Comisión este verano para actuar contra España por la restricción de tráfico desde Gibraltar debido a una disputa en relación a los derechos de pesca?
Los cuatro ministros afirmaron acertadamente que la libertad de movimiento en la unión es incondicional, y la percepción de desigualdad mina el apoyo a la Unión Europea. Aunque a menudo, los problemas versan sobre la aplicación, en lugar de las reglas. Los líderes europeos darían más fuerza a la lucha contra el abuso si fueran más hospitalarios con los migrantes europeos. La creación de una economía más libre y dinámica requiere que Europa aprecie sus trabajadores dinámicos.

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Documento original publicado en la página 28, sección Europe, Charlemagne, The Economist (September 21st 2013)