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martes, 28 de junio de 2016

La UE es solo un episodio de la historia europea por Martyn Rady



La UE es solo un episodio de la historia europea y esta destinada al fracaso

Escrito por Martyn Rady. Traducido por Iván Sanmar.

Europa no es lo mismo que Unión Europea. La UE es tan solo un episodio en la historia de Europa. Las dos, sin embargo, son frecuentemente tratadas como si fueran idénticas. De todos modos, es totalmente posible ser un eurofilo, en el sentido de valorar y comprometerse con las culturas europeas, sus pueblos e historias, y oponerse a la UE y por lo tanto a la pertenencia de Reino Unido en la misma.

Bretaña y el continente europeo comparten muchas cosas. Movimientos e ideas culturales, religiosas, filosóficas y políticas se han volcado entre ambas partes. Sería raro que no se hubiese dado este intercambio teniendo en cuenta su proximidad. Pero los intercambios de este tipo no son suficientes para justificar una unión política. La historia de Polonia y Rusia están a menudo entrelazadas, y no por eso nadie sugiere que deban unirse.

El modo en el que las ideas se han difundido en Europa es importante. Una de las fortalezas de Europa ha sido su diversidad. Las experiencias individuales de los países europeos han actuado como inspiración y aviso para otros países. El ejemplo del Reino Unido industrial sostenido por la filosofía de libre comercio de Smith y Ricardo, volcó el régimen regulador y proteccionista que prevalecía por Europa Central. El  temprano estado del bienestar de Bismarck y el federalismo suizo tuvieron sus propios emuladores. En grandes partes de Europa, la lección aprendida en la Revolución Francesa estimuló las políticas conservadoras y de cambio gradual, y demás.

La super moderna ideología que sostiene a la UE se basa en la erosión de las diferencias entre países. Busca imponer soluciones individuales que ignoran la complejidad y daña esta experimentación local que ha sido unas de las fuerzas del cambio en la historia Europea. No son solo por lo tanto, la UE y Europa diferentes cosas. Poniendo la importancia en la convergencia social, política y económica, la UE puede que esté siendo antitética ala dinámica histórica Europea.

La historia de las aventuras multinacionales en Europa no es buena. Durante más de cuatrocientos años, el imperio Habsburgo fue incapaz de cimentar un proyecto con futuro. Tn solo pudo mantener unidos los diferentes grupos nacionales a través de llamativas ofertas, en las palabras de un primer ministro austriaco, "en un estado de descontento uniforme bien modulado". Es lo mismo que sucede con la UE hoy. El Consejo Europeo rompe entre los gobiernos nacionales. "La política europea" no es europea en absoluto, si no un amalgama y compromiso entre contendientes políticas nacionales.

El Imperio Habsburgo no era el único dividido en identidades locales. Antes de Bismarck,  el territorio aleman estaba divido entre estados con sus diferentes complejidades políticas, afiliaciones religiosas y alianzas regionales. Todas ellas fueron exitosamente unificadas después de 1870, gracias a un sentimiento de pertenencia que había echado raíces, promovido en la literatura, folclore, y educación. En Alemania, poetas, historiadores y lexicógrafos hicieron posible la unión.

Francia tomo una ruta diferente en el siglo XIX. En sus comienzo, menos de la mitad de la población de Francia hablaba el francés. La Marsellesa, cantada en 1792 por voluntarios del sur de la Provenza, era incomprensible para la mayoría de los parisinos. A lo largo del siglo, el Estado Frances construyo una nación de franceses - mediante la coerción se consiguió un sentimiento de pertenencia nacional y un solo idioma, a través de la educación, la burocracia y el ejercito. Un similar camino de imposición cultural tuvo lugar durante la Bohemia del siglo XIX. Campesinos de Moravia y la Silesia Austriaca fueron convertidos en checos.

Una unión política tan solo tendrá éxito si la gente tiene un sentimiento de pertenencia común que les predisponga a hacer sacrificios por los otros. Esto es lo que falta en la UE- los alemanes no haran sacrificios financieros por los países del Mediterraneo, mientras otros países cierran sus fronteras para mantener a los inmigrantes en territorio vecino. Sin el proyecto cultural ambicioso mediante el cual Alemania logro la unificación, o el camino hacia la homogenización cultural llevado a cabo en Francia, la UE seguira siendo un conjunto discordante de voces nacionales que compiten entre si, sin el deseo de compartir cargas.

Así que la UE ofrece lo peor de los dos mundos. Su régimen regulador y sus políticas de convergencia amenazan la histórica experiencia de Europa de aprender a través de la diversidad. Del mismo modo, la UE carece de una base cultural para construir una unión política duradera, basada en un sentimiento común de identidad. Para adaptar el satírico veredicto de Karl Krauss sobre el Imperio Habsburgo, ya se ha convertido (la UE) en un gran experimento de fracaso.






 

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